La cuna de nuestra civilización sigue siendo uno de los destinos más visitados del mundo. Roma ofrece, en una misma ciudad, el esplendor romano, la eclosión del renacimiento y la consolidación del período barroco… Con tanta oferta cultural junta, está claro que debe esconder cientos de secretos. Si quieres conocer las 3 curiosidades de Roma que no deberías perderte, ¡sigue leyendo!

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Antes de empezar con las curiosidades

La capital italiana es inabarcable, pero sí que presenta diversos lugares que nadie debe perderse – de hecho, deberías echarle ya un vistazo a mi post qué ver en Roma en 2 días.

Por presentártelos rápidamente:

• El Coliseo es el primero de ellos
• El cercano Foro Itálico
• La Plaza Venecia con el enorme mausoleo construido por Mussolini.

Ya en pleno barrio antiguo:

• El impresionante Panteón
• La matemática Plaza Navona
• La mítica Fontana di Trevi nos transportan a tiempos pasados.

Muy cerca encontramos el punto central para todos los romanos:

• La Plaza de España y su famosísima escalinata.
• Villa Borghese, un espacio para la tranquilidad lejos del bullicio.
• La Plaza de San Pedro, con su imponente basílica y la Ciudad del Vaticano detrás completan una visita imprescindible a la ciudad de las ciudades.

Pero no sólo se vive de turismo en Roma. Perderse por cualquiera de sus restaurantes supone saborear la mejor pasta fresca y la auténtica pizza italiana.

Primera Curiosidad: estás entrando mal al Vaticano

Dice el aforismo popular que todos los caminos conducen a Roma, pero ¿a dónde conducen los caminos dentro de la ciudad de Roma? Buena pregunta.

La respuesta es que a la tumba de San Pedro, el apóstol de la Cristiandad que para los seguidores de la fe, descansa bajo el Baldaquino del Altar Mayor de la Catedral de San Pedro de Roma.

Durante siglos, los caminos de Roma y los de dentro de la ciudad guiaban a San Pedro.

Y en esa dirección, ¿cuál puede ser el mejor camino para conducir al caminante que busca llegar al Vaticano? La respuesta es ahora más fácil, la Vía della Concilliazione. La Vía es la entrada natural a la Plaza de San Pedro y al Vaticano.

Cuando Bernini ideó una columnata de perfiles bajos que envolviera a una gran plaza descubierta lo hizo pensando en la representación de una gigantesca pinza, que, como dos brazos semicerrados, acogiera a los peregrinos que llegaran desde la Vía della Concilliazione.

La imagen que ese peregrino apunta hoy al comienzo de la entrada de la avenida, y desde el siglo XVII en que fue construída la plaza con su diseño actual, es la del final.

La del perfil espigado del obelisco que es uno de los focos de la elipse de la plaza, y que le marca la entrada a la parte descubierta y el final último de su caminar.

Para quienes hagan su propio camino de peregrinos o para los que busquen un sentido a la arquitectura colosal de San Pedro y el Vaticano, que apuesten por llegar a pie por la Vía della Concilliazione, para experimentar lo que sintieron aquellos peregrinos de tierras lejanas que nunca antes habían estado en Roma.

Pero también, para sentir lo que Bernini quiso transmitir con sus perspectivas, con sus puntos de fuga y con los volúmenes de lo que se ve y de los espacios vacíos que no se ven, pero que se dejan sentir. Como la magia más natural de la Roma Eterna.

Segunda Curiosidad: la Boca de las Mentiras

La Bocca della Verità tan famosa no se trata de otra cosa que de la boca de una alcantarilla.

El medallón que ahora se encuentra en una puerta no es más que un antiguo desagüe de 5 salidas (la boca, los ojos y la nariz) que cobró fama porque, según la leyenda, si una persona introducía en ella la mano y decía una mentira, el león se encargaba de mordérsela. Esta creencia puede venir hacer referencia a una pequeña historia que también recorre Roma y es que, antiguamente, las autoridades llevaban hasta aquí a un ladrón, le preguntaban si había cometido un delito más grave y se encargaban de sesgarle la mano por detrás con una espada para culpabilizarle.

Tercera Curiosidad: El foro Romano

Hoy en día de ese pasado únicamente quedan algunos restos de piedra esparcidos por los suelos del foro romano y otros que aún bien conservados y manteniéndose inquebrantablemente levantados. Precisamente de de estos restos mejor conservados es de los que os queríamos hablar en este artículo.

Y es que, aunque se pueda pensar que hay pocas cosas que ver en el foro romano, es mentira.

Para vivirlo en su totalidad, tienes que imaginar lo que en su día fue el foro romano y redescubrir de alguna manera lugares tan increíbles como los templos de: Rómulo, Saturno, Vesta, Vespasiano, Concordia o Venus, los famosos arcos de Septimio Severo o Tito o las basílicas Emilia o Julia, el circo romano y sin dejar de lado el maravilloso coliseo, situado justo al lado del foro romano y que representa sin duda el icono del gran Imperio Romano.

Tienes uqe tener en cuenta que el foro romano era el corazón de la ciudad e incluso el corazón del imperio romano. Aproximadamente a las once quedaban allí todos y, entre la muchedumbre, lo mismo encontrabas un magistrado que un esclavo con la cabeza rapada.

Algunos iban hasta ahí para divertirse, cotillear, reír, otros se acercaban ahí porque tenían que acudir al Tribunal… Toda una vida, ahora ya no parece tan aburrido, ¿verdad?

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