Jaipur, la ciudad rosa del Rajastán

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Sorteo viaje Jaipur la ciudad rosa Licencia de Creative Commons

Un sorteo online le dan a cualquiera la posibilidad de ir a cualquier lugar del mundo, ya sea cercano como la ilustrada Bruselas o en lugares más alejados y exóticos como la India, país inmenso, lleno de culturas y lenguas diversas.

Quien vaya puede acercarse a Jaipur,la ciudad rosa, capital de Rajastán y constituye uno de los primeros pasos que suelen dar los viajeros que visitan India por primera vez.

La ciudad es rosa porque el Maharajá Ram Singh ordenó que los principales edificios del casco histórico fueran pintados de rosa salmón para recibir al príncipe de galés en 1905, pues es el color que representa a la fortuna y la cordialidad.

La ciudad fue fundada en 1727, con lo que es bastante moderna en comparación a la milenaria historia de la India y su impulsor buscó construir un lugar lleno de belleza y armonía que hoy en día se ha visto truncado por el tráfico y el desorden imperante en Jaipur.

Quien vaya a esta ciudad gracias a sorteo viaje, además de ver una ciudad rosa tiene otros tantos atractivos en los que destacan Jantar Mantar, un observatorio astronómico del Siglo XVIII mandado construir por Jai Sighh II un apasionado de las ciencias, las matemáticas y sobretodo de la astronomía, que mando construir observatorios por toda la India, siendo el de Jaipur el más grande no solamente de la India pero de toda Asía. Está repleto de inventos en los que sorprenden por su modernísima precisión, algo puntero en pleno siglo XVIII.

Pero la joya de la ciudad es el palacio de los vientos, cuya fachada tiene cerca de mil pequeñas ventanas para que las muchas mujeres del Maharajá pudiesen ver las calle sin que estás fueran vistas. Arquitectónicamente representa la cresta de un pavo real es muy fotogénica y contrasta con la ajetreada calle en la que está llena de coches y ruido.

Tampoco se debe pasar la oportunidad de ir a la residencia del Maharajá. Se pueden recorrer distintos pabellones y ver las extravagancias de distintos jefes rajputs. Una vistita muy interesante y obra de Jai Singh II quien trasladara aquí la corte desde el no demasiado lejano Fuerte de Amber.

La ciudad en si es un caos continuo que tanto puede uno ser atropellado por un rickshaw, tropezar con una vaca o morir intoxicado por un tubo de escape, pero hay lugares en los que se puede pasear, como Badi Chaupar, la Gran Plaza y Tripolia Bazar, la avenida principal que cruza la ciudad vieja.

Por ahí darse una vuelta por los puestos callejeros que aún conservan la forma de hacer de antaño. Quien vaya que no espere tiendas de souvenirs, son bazares pensado más para el día a día de los habitantes de la ciudad que no para los turistas. Lo que se vende y se encuentra son artículos que los habitantes de Jaipur necesitan para su día.

Alejados del centro de la ciudad se encuentran los cenotafios, mausoleos o tumbas vacías, en memoria de todos los Maharajás que ha tenido Jaipur. El más famoso de todos es el de Gaitor, aunque existe también uno dedicado a sus mujeres.

Son lugares muy buen conocidos por todos los habitantes y perfectos para cuando se quiere escapar por un momento del bullicioso centro. Un hermoso lugar de la ciudad, poco visitado y que seguro sorprenderá por lo minuciosamente labrados que está el mármol.

Quien vaya a la India no debe pasar la gran ocasión de ir hasta la ciudad rosa, una ciudad pensada para la armonía y la belleza de grandes Maharajás y con una vida y caos que resume muy bien la grandeza del subcontinente asiático.

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Fuente: «Jaipur, la ciudad rosa del Rajastán» – Ser Viajes

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