Ganar un viaje e irse a Viena ahora está al alcance de todo el mundo y descubrir, no la Viena más clásica, la de los bombones con la imagen de Mozart, cafés imperiales y palacios, sino la Viena que le muestra a todo el mundo que es una ciudad emergente, que sin renunciar a los edificios históricos, los museos y los edificios barrocos que le dieron su título de patrimonio mundial, mira al futuro.

A menos de 500 metros del casco histórico, al otro lado del canal del Danubio, se encuentra una parte de Viena que le muestra al mundo que la ciudad es algo más que palacios.

Para eso nada mejor que acercarse hasta el mercado de los Carmelitas, situado en el barrio de Leopolstat un barrio emergente y cuyo mercado se salva por el momento de la masificación turística, manteniendo su atractivo. En sus alrededores sobreviven tiendas de la comunidad judía, donde es posible comprar alimentos kosher, al mismo tiempo que antiguos talleres convertidos ahora en tiendas de artesanos.

No hay que perderse por nada del mundo para ver los cambios de la ciudad una visita al campus universitario, lleno de edificios modernos y que forman ya parte de los tours de arquitectura actual vienesa.

Este año es especial para la ciudad pues fue el comienzo de la primera guerra mundial y que dio pie al final del imperio de los Habsburgo, final del imperio Austrohúngaro y el nacimiento de la actual república. Para conmemorarlo numerosas instituciones vienesas acogerán exposiciones sobre el conflicto.

Además quien gracias a los sorteos online vaya este año a la capital austriaca, podrá entrar en la torre 1 de las DC towers, de 220 metros de altitud con un impresionante mirador, pero si se quiere ir al edificio más alto entonces habrá que subir a la Torre del Danubio de 252 metros de altura. Edificio también como es de suponer de grandes vistas pero desde donde no se verá el mar también como si se va a la mítica Isla de Pascua.

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