Si hay un momento que marcará el resto de tu vida, ese, va a ser el momento que tengas hijos. Sentirte la persona responsable que ha de cuidarlos, protegerlos, educarlos y enseñarles como han de superarse para evolucionar en la vida, no tiene precio. Pero nadie te ha dicho todo lo que se ha de luchar, aguantar, pelear y la cantidad de dolores de cabeza que se producen. Por esa razón queremos deciros que tener hijos te arruinará la vida.
El momento más hermoso que pueden tener una mujer y un hombre es el nacimiento de su primer hijo.
La felicidad de una familia son los hijos, aunque algunas veces y algunos piensen que es un problema o dolor de cabeza o que simplemente se les terminó el tiempo de ser independientes, las salidas, las cenas, el quedar con amigos… Pues sí, no nos vamos a engañar, ese tiempo será mucho más difícil de encontrar, todos te dicen que el tener hijos compensa eso y mucho más. ¿Pero qué te van a contar? ¿Que no duermen desde que nació el bebé más de 4 horas seguidas?¿Que tanto llora el bebé que les da ganas de cerrar la puerta de casa y no volver nunca más? Lógicamente ningún padre o madre van a decir eso…. quieren añadirte al club, quieren que caigas en la trampa, ya que es mejor que todos estemos igual, así no se sentirán ellos tan mal… Esos dichos de que «los niños traen un pan bajo el brazo» «Un niño trae la felicidad» etc… Sabemos que todos son falsos… Y si lo dudas… has hecho alguna vez cálculos de lo que cuesta comprar pañales se parar para esa máquina que los mancha cada 4 horas (o menos)… el pediatra, la guardería, la ropa que se le queda pequeña cada 3 meses… ¡Bueno, bueno… mejor no lo pienses más! Porque si lo piensas no tendrás hijos… pero he de decirte, que “tener hijos te arruinará la vida”, es falso. La experiencia más maravillosa es ser padre, poder criar y educar a un ser tan indefenso, bondadoso y pequeño como un bebé, que se ríe de las tonterías que le dices y haces, que te hace comportar como nunca habías imaginado o pensado.
Desde el momento de su nacimiento, te llenas de alegría, armonía y mucho amor y se convierte en el motor que impulsará tu vida, se convierte en tus buenos días y en tus buenas noches, el amor que sientes por un hijo es inexplicable, por eso cuando comienzan a crecer, siempre los verás como tu niño pequeño.
La satisfacción que te dan desde que llegan a tu vida es inigualable. No hay experiencia igual a la primera vez que una vez recién nacido lo tienes entre tus brazos, es en ese momento cuando lo sientes, cuando sientes esa conexión que ya nunca más se va a romper, tomas y firmas el contrato de protegerlo, amarlo y hacer todo lo que te sea posible para darle lo mejor.
Te necesitan para poder vivir. Necesitan de tus cuidados y cariños y sobre todo de tu atención. A medida que transcurre el tiempo verlos crecer te va llenando de fuerza y felicidad.
Cuando comienzan a explorar sus sentidos, que te reconocen con solo sentir tu olor, luego cuando te siguen con la mirada, cuando comienzan a balbucear y gatear para luego dar sus primeros pasos y cerrar esta etapa con sus primeras palabras. Escucharlo decir mamá o papá hará que se te caiga la baba.
Apoyarlos y darles todas las herramientas necesarias para que sigan avanzando en cada etapa y creciendo sanos y fuertes será una tarea difícil pero no imposible. Más allá de los virus, fiebres o gripes que van a atreverse en el camino, y que juntos vais a luchar, porque de eso se trata, de estar juntos durante todo el tiempo que te necesite hasta poderse hacer independiente y que forme su propia familia.
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El instinto maternal se te despertará desde el primer momento y lo mismo ocurre con el paternal. Por eso, sabrás como reaccionar en cada circunstancia que se presente.
Acompañar a tu hijo el primer día de clases será otro gran reto y una enorme satisfacción que sentirás cada vez que lo acompañes. Ayudarlos y orientarlos con sus deberes del «cole», enseñarles también en casa y hasta poner orden y reglas con autoridad, os harán crecer como padres.
Para los padres primerizos esto será toda una aventura desconocida, porque no hay libros que te enseñen a ser padres o que te digan qué hacer específicamente ante cualquier problema. Tu instinto será el único que te guiará. El amor de pareja será fundamental en la educación de tu hijo y si es el primero aún más, ya que debéis hablar de no contradeciros cuando uno de los dos imponga un castigo, o si uno de los dos quiere tomar el papel de «poli malo».
El primogénito, el primero te marcará para toda la vida, aunque todos los hijos se quieren igual, siempre habrá una conexión especial con alguno y si es el primero aún más porque es el que te enseña a explorar por primera vez tu papel como padres.
Es cierto que una vez que te haces padre, tu vida cambia para siempre. Ya si eras un amante de dormir, ya que no lo podrás hacer, porque un bebé recién nacido come cada dos a tres horas. En el caso de tener horarios marcados para hacer ejercicio, aficiones como el montañismo, como salir de viaje, a pasear o irte de fiesta, también quedarán a un lado por un buen tiempo porque tu tiempo y dedicación estarán enfocados al bebé.
En todo el crecimiento de tu hijo, necesitarás prestarle atención. Durante los primeros años porque necesita de ti para todo, al ser 100% dependiente. Durante su edad preescolar también necesitarán de tu atención, de tu tiempo con los problemas del colegio o sus amistades. Ya podrás retomar esas aficiones cuando hayan crecido y puedas dejarlo con algún familiar.
Así que mientras eso ocurra, disfruta el rol de ser padres y adquiere todos los conocimientos con el primer hijo para que cuando venga el segundo o el tercero ya tengas más experiencia y sepas controlar aún mejor la situación.
Cada hijo es diferente, tendrán carácteres diferentes, formas de pensar y hasta cuando son bebés se comportarán de forma diferente, así que con cada uno tendrás un nuevo aprendizaje.
Te esforzaras para que ellos cumplan todas sus metas, no les falte nada y vivan cómodos y en absoluta felicidad. Es la tarea y el deber que tienes como padre.
Inculcarles valores y hacerlos mujeres y hombres que puedan decidir por ellos mismo de forma correcta, profesionales y sobre todo de buen corazón para que cuando les toque formar su propia familia y vivir sus vidas, lo sepan hacer y no tengan miedos ni frustraciones. Los niños son el reflejo de su hogar, y dependerá de ti como padre que tenga la mejor educación posible.
Estarás en todo su desarrollo como persona, podrás verlos desde que llegan a la guardería hasta graduarse en la universidad.
Tu corazón se inflará de orgullo, y será la recompensa que recibirás por todos los años de dedicación, amor y sacrificios que como padres haréis o hicisteis por vuestros hijos.
*Si tienes dudas de si es buen momento para tener hijos, o si la mujer con la que estás no sabes si es la indicada, prueba hacer nuestro test del amor, para conocer la compatibilidad que tienes con esta persona y si es la persona apropiada.
De ti dependerá que tus hijos sean buenos padres en un futuro, y ellos te dejarán que tu corrijas los errores que quizás tus padres cometieron en alguna ocasión en tu educación.
Lo mejor es ser amigos de sus hijos, darles confianza para evitar mentiras y miedos.
Tener hijos es una tarea para toda la vida, porque aunque crezcan, siempre los padres serán un pilar fundamental en la vida de sus hijos, como asesores, como apoyo, y como padres, siempre preocupándonos por ellos.
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