La Semana Santa tal y como la conocemos no es tal cual en muchos otros sitios. Sus tradiciones pueden llegar a ser sorprendentes, sanguinolentas e incluso entrañables.

En Rumanía por ejemplo, las comidas de Semana Santa recuerdan mucho a las de acción de gracias que vemos en las típicas series americanas y tienen hasta 4 ó 5 platos. Pero su tradición más  divertida en estas fechas es la batalla de los huevos. En esta competición participa toda la familia y los amigos y se golpean dos huevos duros, uno contra el otro. Aquél que tenga el huevo con más cáscara después del golpe es el ganador. El perdedor, por su parte, tendrá que comer todos los huevos que el otro haya logrado romper.

Los finlandeses creen que los malos espíritus se liberan en el sábado previo a la Semana Santa, así que encienden hogueras y se disfrazan de brujas; al estilo Halloween. El domingo los niños van en busca de huevos de chocolate que sus padres han ido escondiendo. Otra tradición, y de larga espera, es comer Mämmi, un postre que tarda muchas horas en hacerse y por el que hay que esperar tres días para comérselo.Pero si hay algo típico de Halloween es ir en busca de caramelos por las casas; cosa que hacen los niños suecos. Los pequeños se disfrazan de brujas y llevan escobas para salir a por las golosinas.

En Texistepeque, una ciudad de El Salvador, siguen las tradiciones católicas muy estrictamente. Hay hombres que se disfrazan de diablos y caminan por las calles golpeando a los espectadores, simbolizando la lucha de Jesucristo contra la tentación.

En Italia la Semana Santa se vive con mucha devoción y al fin y al cabo no podía ser de otra forma. Además cuentan con un día extra de fiesta, el lunes de Pascua.

En Filipinas salen procesiones por las calles y se hace una increíble puesta en escena llamada Sinakulo. Durante las procesiones algunos devotos se crucifican y autoflagelan para compartir el dolor de Jesús.

En Francia el jueves y el sábado santos las campanas de toda la nación cesan de repicar. Se suele decir que no repican porque se han ido de viaje a Roma a ver al Papa.

En Jerusalén la Semana Santa son fechas muy señalas, al fin y al cabo, es allí donde todo se originó y donde se dieron los hechos que se conmemoran. A lo largo de once días se celebran la Semana Santa. Se bendicen los ramos de olivo en la cámara anterior al Santo Sepulcro  y se realizan peregrinaciones hasta la Iglesia de Betfagé. El jueves se celebra la Hora Santa en Getsemaní, a los pies del Monte de los Olivos. La Basílica de la Agonía es otro punto de peregrinaje pues se cree que sobre una de las rocas que hay allí Jesús sudó sangre.

Tanto en Australia como en Estados Unidos los creyentes católicos suponen una minoría, por lo que no se dan grandes puestas a punto. No obstante los comercios sí que se hacen eco de la festividad y aprovechan para vender dulces y huevos de chocolate.

En Alemania la Semana Santa da comienzo el jueves Santo, al que llaman Grundonnerstag y durante todo el día es tradición comer alimentos que sean verdes. El plato más popular del día es la sopa de siete hierbas.  Eso sí, de postre no faltan los huevos de chocolate. Es curioso, pero los alemanes decoran sus árboles, como en Navidad, pero de huevos de colores.

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