Egipto es un país formado por bellos parajes desérticos que después de miles de años siguen cautivando a todo aquél que se decide a visitarlo. No es sólo un recorrido al pasado, lo es también hacia el futuro. ¿Te gustaría viajar a Egipto? Entonces este es tu sitio. ¿Tienes dudas? Te las vamos a resolver.
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Razones para viajar a Egipto
Sol: Imagínate en pleno otoño sin nubes ni lloviznas que empapen una tarde de turismo. Llevarás gafas de sol mientras los demás se ponen la bufanda. Y si eres de los que les gusta aprovechar el día al máximo, has de saber que allí amanece más temprano que en España.
Gastronomía: Egipto es el perfecto puente entra la gastronomía mediterránea y la africana, aderezado con las costumbres musulmanas. Lo mejor es que la cocina egipcia es capaz de satisfacer a todo tipo de paladares, desde el más carnívoro hasta el más vegano.
Historia: Nadie puede poner en duda que la civilización egipcia ha sido una de las más brillantes de la historia de la humanidad y, lo bueno, es que podemos verlo con nuestros propios ojos y que nos hagan partícipes de las idas y venidas de un imperio tan deslumbrante. ¡Hay tanto por saber!
Costumbres: Llegar a un sitio tan radicalmente distinto del nuestro hace que nuestra mente y nuestro corazón se abran hacia otras culturas. Y, ¿sabéis qué? Os va a encantar.
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Qué no perderte en tu viaje a Egipto
Pese a los últimos conflictos que ha atravesado Egipto, continua siendo un país seguro y de obligada visita al menos una vez en la vida, aunque será difícil poder cargarnos bien del misticismo y la aventura que desprende en tan sólo unos días. Pero como las vacaciones no pueden ser eternas vamos a señalar los lugares imprescindibles para cuando vayas a viajar a Egipto.
Las Pirámides de Giza: Son sin duda uno de los mayores atractivos de Egipto. Se ubican a unos 20 kilómetros de la ciudad de El Cairo y tienen más de cuatro mil años. Las tres pirámides principales son las de Keops (o Gran Pirámide de Giza), Kefrén y Micerinos, aunque hay muchas otras de menor tamaño y esplendor. En sus orígenes, estas construcciones tuvieron un revestimiento de caliza blanca, sólo en la parte superior de la de Kefrén podemos percibir los últimos restos.
Si quieres conocer de más cerca una experiencia que tuvo una colabora nuestra cuando viajó a Egipto, puedes leer su entrada titulada Mis viajes a Egipto me Cambiaron la Vida.
Abu Simbel: Es un templo doble, por decirlo de alguna forma, excavado en la roca. Una parte está dedicada a Ramsés II y el otro a su esposa preferida, Nefertari. El complejo tardó 20 años en terminarse para luego ahogarse en la arena y acabar en el olvido. Fue en 1813 cuando el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt lo descubrió parcialmente. Cuatro años después, Giovanni Battitas Belzoni encontró la parte restante. Tan solo dos días al año, el 22 de febrero y el 22 de octubre, las luces del sol penetran hacia el interior del templo e iluminan las esculturas de los dioses, menos la de Ptah, el dios asociado al inframundo. Se ha extendido la creencia de que ambas fechas coinciden con el nacimiento y la coronación de Ramsés II.
Templo de Lúxor: Se encuentra en la ciudad del mismo nombre y es uno de los templos más espectaculares de Egipto. Fue levantado durante los reinados de los faraones Amenhotep III y Ramsés II en honor al dios Amón. Se suele recomendar hacer la visita a esta construcción durante la noche, cuando parece que la magia inunda realmente el espacio.
Valle de los Reyes: Es la necrópolis de la realeza del Antiguo Egipto ya que se encuentran inhumados muchos de los faraones del Imperio Nuevo. El primer faraón que fue enterrado allí fue Tutmosis III, de la XVIII dinastía, en el 1.492 antes de Cristo. Se piensa que al principio se pensó en el Valle de los Reyes como un cementerio familiar, es decir, que no sólo serían enterrados allí los monarcas, sino también sus esposas e hijos. Prueba de esta afirmación son las numerosas tumbas menores que hay. Sin embargo, cuando se fundó el Valle de las Reinas, la población no real del Valle de los Reyes comenzó a menguar notablemente.
Templo de Karnak: Es el más grande de Egipto y a día de hoy se siguen encontrando nuevos hallazgos. Se mantuvo durante siglos como el foco principal del culto religioso en Egipto. El templo principal estaba dedicado al dios Amón, aunque luego se veneraban también a otras divinidades. Fueron muchos los faraones que contribuyeron a su gloria a lo largo del tiempo, aunque Hatsepsut, Seti I, Ramsés II y Ramsés III fueron los que más aportaron. Para muchos, lo más espectacular del templo es la sala hipóstila (techo sostenido por columnas) y que tiene más de cinco mil metros cuadrados y 134 columnas.
Pues ya tienes la información esencial para poder viajar a Egipto, esperemos que disfrutes de esté misterioso y magnífico país que tiene tantas joyas históricas y culturales por descubrir.
Fuente imágenes: Commons Wikimedia.